Los tratamientos de reproducción asistida han ido mejorando los resultados en cuanto a eficacia y seguridad. Un ciclo de FIV (fecundación in vitro) es un proceso con enormes garantías de éxito cuando se observan adecuadamente una serie de parámetros físicos, tanto en el hombre como en la mujer.
En un tratamiento es clave la calidad de los gametos femeninos y masculinos, así como el desarrollo embrionario y la cavidad uterina, tanto el útero como el endometrio. Del factor uterino hablaremos en un próximo post.
El gran factor limitante, y no modificable, es la edad de los óvulos de la mujer.
Ya sabemos que se nace con toda la dotación folicular para el resto de la vida fértil, y que estos folículos no son regenerables ni mejorables ni en calidad ni en cantidad. Por tanto, a mayor edad, peor calidad y cantidad de los ovocitos, mayor tasa de esterilidad y de fallos en los tratamientos de reproducción asistida y de aborto recurrente.
No ocurre lo mismo con el factor masculino ni con el factor uterino. En España, la edad media con la que una mujer concibe su primer hijo es a los 32 años. En las clínicas, casi el 30% de los tratamientos con ovocitos propios son en mujeres mayores de 40 años.
No obstante, sí podemos mejorar ciertos parámetros para llegar a realizar un tratamiento de fecundación in vitro con las máximas garantías posibles.
FIV resultados: ¿Cómo mejorar un tratamiento de fecundación in vitro para alcanzar las máximas garantías de embarazo?
Tres acciones que deben tomarse antes de comenzar un ciclo de fertilización in vitro en el hombre
- Reduciendo o eliminando las sustancias tóxicas que pudiera consumir: tabaco, alcohol y otras drogas como el cannabis, la cocaína o cualquier otra sustancia.
- También dejando de utilizar hormonas esteroideas, utilizadas para ganar masa muscular o para el tratamiento de la pérdida del cabello, etc. De hecho, hay contundentes evidencias de que estas sustancias actúan sobre la calidad seminal, alterando tanto la síntesis como la movilidad de los espermatozoides, entre otras cosas.
- También podemos añadir productos antioxidantes que pueden mejorar las tasas de fecundación en el laboratorio y el desarrollo embrionario de calidad, disminuyendo la fragmentación del DNA espermático. El gameto masculino que se genera en los túbulos seminíferos obtiene su intercambio y regeneración cada 70 días aproximadamente. Este es el tiempo mínimo para mejorar y actuar sobre el factor masculino antes de un tratamiento de fecundación in vitro.
Tres acciones que deben tomarse antes de comenzar un ciclo de fertilización in vitro en la mujer
- Minimizando la exposición a tóxicos como el bisfenol A y los ftalatos, (muy presentes en plásticos, fragancias, componentes de algunos cosméticos, colonias y desodorantes) y proporcionando vitaminas y suplementos alimenticios adecuados; además de abandonando los malos hábitos y mejorando el índice de masa corporal. De este modo se consigue una mejora notable antes de comenzar un tratamiento de fertilización in vitro.
- Varios meses antes de cada ovulación, en cada ciclo, varios folículos que estaban detenidos y quiescentes desde el nacimiento inician su crecimiento. Solo uno de ellos llegará a la ovulación, por lo que los defectos cromosómicos del ovocito se generan sobre todo en estos primeros momentos. Existen en cada ovocito más de 15.000 mitocondrias, que son las estructuras intracelulares que generan la energía suficiente para el adecuado desarrollo del ovocito en la segunda división meiótica, siendo estos los que más se dañan con el envejecimiento celular. En consecuencia, en estos primeros 2 a 4 meses es donde es aconsejable la suplementación con ácido fólico, junto al coenzima Q 10, la melatonina y las vitaminas E y C.
- También es relevante conseguir un funcionamiento adecuado del tiroides y un índice de masa corporal lo más cercano posible a 25, disminuyendo el consumo de azúcar y carbohidratos refinados.
Todo esto sitúa las opciones de tener éxito en el tratamiento en su punto máximo, preparando al cuerpo para conseguir el mayor grado de capacidad y disposición.
Es importante concluir diciendo que un tratamiento de fecundación in vitro no son solo los 15 días que dura, sino la preparación previa de nuestro organismo antes de iniciarlo. Llegar al ciclo de FIV con la salud, energía y moral altas es fundamental para concebir. Y este es un esfuerzo que, por sus consecuencias, no solo merece la pena, sino que lo cambia todo.