La psicología perinatal enfoca todo el proceso vital desde que nos planteamos la maternidad/ paternidad hasta el proceso de crianza.
El objetivo fundamental es potenciar el bienestar emocional de todos los miembros de la familia que se van a enfrentar a una de las experiencias más bonitas de su vida.
Ámbitos de actuación:
Deseo de ser madre/padre
Cuándo tomamos la decisión de embarcarnos en la experiencia de concebir y quedar embarazada, son muchas las dudas, ilusiones y miedos que suelen aparecer. Nuestra función será gestionar esas emociones para afrontar dicha experiencia de la manera más positiva y así disfrutar del proceso.
Aquí también podemos incluir los posibles traumas que acontecen a la mujer sobre la idea de volver a ser madre cuándo se ha tenido una experiencia traumática en embarazos o partos anteriores, dándole estrategias y apoyo para superar esos miedos y fomentar las expectativas positivas al nuevo embarazo.
Preconcepción/ Concepción
Nuestro objetivo es favorecer la prevención, dotando de herramientas a la mujer para promover sus propios recursos y capacidades. Acompaña en los aspectos emocionales relacionados con el proceso médico de las Técnicas de Reproducción Asistida, interviene ante acontecimientos que generan sintomatología ansiosa en la mujer, así como en casos en los que se producen pérdidas prenatales o perinatales.
Embarazo y parto
Nuestro objetivo en este periodo es favorecer el bienestar emocional y el vínculo prenatal en la mujer y la familia, interviniendo ante dificultades físicas y psico-emocionales en el embarazo. Actúa en casos de psicopatología como trastornos obsesivos, ansiedad clínicamente significativa, enfermedad mental crónica, traumas tempranos, etc., ayudando ante el miedo al parto, dotando a la mujer de estrategias psicológicas que fomenten su confianza y serenidad.
Posparto y puerperio
Durante esta etapa nuestra tarea es promocionar la salud psicoemocional materno-infantil, acompañando en el posparto e interviniendo en casos más complejos cuando aparece una depresión en la madre que no remite, prematuridad, separaciones tempranas, partos traumáticos o dificultades de adaptación ante la nueva situación familiar.