La hiperplasia endometrial es un crecimiento excesivo de las células del endometrio, es decir, la capa superficial del útero de las mujeres, especialmente los componentes glandulares.
Existen dos tipos de hiperplasias endometriales: la hiperplasia endometrial glandular y la hiperplasia glandular atípica.
- La hiperplasia endometrial glandular es una proliferación exagerada y anómala de las glándulas, el estroma y los vasos sanguíneos que integran el endometrio.
- La hiperplasia glandular atípica es una hiperplasia focal y de crecimiento autónomo, con escasa respuesta a las hormonas ováricas. En este caso predomina la proliferación glandular.
Factores de riesgo
Hay una serie de componentes que pueden ser de ayuda a la hora de diagnosticar una hiperplasia endometrial en pacientes asintomáticas. Algunos de estos factores son:
- La persistencia folicular.
- La cirrosis hepática.
- Tumores suprarrenales.
- Pólipos cervicales.
- Miomas uterinos.
- Endometriosis.
Diagnóstico
Se realiza mediante la exploración física de la paciente, la histeroscopia, la ecografía, la citología cervico-vaginal y endometrial, la histerografía, y el microlegrado o legrado.
El diagnóstico se lleva a cabo mediante anatomía patológica.
Tratamiento
El tratamiento de la hiperplasia endometrial va a depender del tipo de hiperplasia que presente la paciente, de la edad de la misma, de si la paciente desea o no descendencia, y de la existencia de una patología asociada.
Este tratamiento puede ser médico, basado en la administración de fármacos con acción antiestrogénica, o bien quirúrgico, mediante resección endometrial.
En Centro Mater tratamos esta enfermedad.
Dentro de las hiperplasias endometriales, hay que destacar el pólipo endometrial y el pólipo cervical.
Se denomina de esta manera a una formación pediculada prominente en la cavidad uterina y constituida total o parcialmente por endometrio.
Los pólipos endometriales están formados por gran cantidad de vasos sanguíneos, por lo que son causa frecuente de metrorragia: sangrado producido entre los periodos normales de la menstruación de la mujer.
La mayoría de los pólipos endometriales raramente se transforman en malignos, y muy pocos pueden llegar a provocar cáncer. El diagnóstico se realiza mediante anatomía patológica, y su tratamiento es la exéresis.
Los pólipos cervicales suelen ser pequeños tumores más o menos pediculados, únicos o múltiples, que se localizan en la mucosa endocervical.
Suelen ser causa de metrorragia intermenstrual o postcoital y, menos frecuentemente, de leucorrea.
Al igual que los pólipos endometriales, muy pocos conllevan un cáncer, su diagnóstico es anatomopatológico, y su tratamiento es la exéresis del pólipo.