La endometriosis es la presencia de tejido endometrial fuera de su localización natural. Puede situarse en las capas profundas del miometrio uterino (adenomiosis), es decir, en la musculatura interna del útero; o en localizaciones extrauterinas (endometriosis externa), como en los ovarios, trompas de Falopio, ligamentos uterinos, vejiga e incluso intestino.
De todas las localizaciones de esta enfermedad, la más frecuente es la uterina (adenomiosis), y dentro de la endometriosis externa, la más común es la ovárica.
La prevalencia de esta enfermedad se estima entre un 10-15% de las mujeres en edad fértil, siendo una de las enfermedades más frecuentes en ginecología, y una de las causas de esterilidad, aunque sus síntomas son poco característicos y su diagnóstico suele ser tardío.
Existen factores de riesgo que aumentan la posibilidad de padecer endometriosis:
- Menarquia precoz, o aparición de la menstruación a edad temprana.
- Ciclos cortos, inferiores a 28 días.
- Consumo superior a 300 mg de cafeína al día.
- Reglas con duración superior a 6 días.
- No haber tenido hijos.
¿Cuáles son las causas de la endometriosis?
Los factores que juegan un papel importante en la aparición de los primeros síntomas de la endometriosis pueden ser genéticos, inmunológicos, ambientales y mecánicos. Dentro de estos últimos, encontramos que los más favorecedores al desarrollo de lesiones son:
- La menstruación retrógrada, que es la capacidad del tejido endometrial de fluir hacia atrás.
- Obstrucciones a la salida del flujo menstrual, que favorecen el asentamiento de tejido en localizaciones ectópicas.
- La difusión de la endometriosis por vía vascular o linfática, causante de lesiones pulmonares, digestivas y urológicas.
- Teoría de la Metaplasia, la cual dice que el endometrio ectópico se origina por elementos distintos al endometrio uterino. Esta metaplasia se produciría por un estímulo provocado por un proceso inflamatorio u hormonal.
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¿Qué síntomas presenta la endometriosis?
Aproximadamente el 20% de los casos de enfermedad de endometriosis en mujeres es asintomático o presenta síntomas poco característicos. Los más comunes son:
- Dismenorrea: dolor pélvico asociado a la menstruación y que suele extenderse a la fase premenstrual.
- Menorragias y metrorragias: se define como menorragia a una menstruación excesivamente abundante o duradera, y como metrorragia a la hemorragia uterina fuera del periodo menstrual.
- Esterilidad o hipofertilidad: la endometriosis afecta a la funcionalidad del aparato reproductor, ya que tiene un efecto inflamatorio, inmunológico, mecánico y hormonal que dificulta la fecundación.
- Dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales: la penetración puede presionar alguna zona afectada y causar dolor.
- Fatiga, vómitos, nauseas.
- Hematurias cíclicas, siempre y cuando se vea afectada la vejiga.
- Embarazo ectópico.
¿Qué pruebas me tengo que hacer si hay sospecha de endometriosis?
Lo primero es realizar una exploración ginecológica, preferiblemente durante la menstruación, ya que las lesiones aumentan su volumen y sensibilidad durante este periodo y se hace más fácil su visualización y palpación.
El siguiente paso es la realización de pruebas complementarias para conseguir un diagnóstico más fiable y certero, como son la histerosalpingografía, la ecografía, la resonancia, la endoscopia y los marcadores tumorales. Este diagnóstico de la enfermedad permitirá conocer el tratamiento más adecuado a cada mujer.
¿Existe tratamiento?
Hay diversos tipos de tratamientos (médico, quirúrgico o médico-quirúrgico) para aliviar los síntomas y el dolor de la endometriosis, pero ningún tratamiento podrá curar a todas las pacientes. El objetivo de los tratamientos es aliviar el dolor, prevenir alteraciones menstruales, permitir el coito y, en los casos de esterilidad, conseguir el embarazo.