En los ciclos de reproducción asistida con la fecundación in vitro, el ovario se estimula con medicación: se consigue un desarrollo folicular múltiple, es decir, se pretende que se desarrollen varios folículos de los ovarios de la mujer a la vez.
Esta respuesta de los ovarios de la mujer a la medicación es variable e individual. Depende de muchos factores: edad, índice de masa corporal, reserva ovárica, tipo de medicación, etc.
Cuando estos folículos adquieren un tamaño adecuado, generalmente tras unos 10-12 días de medicación, se recogen por aspiración y control ecográfico. En el laboratorio serán contabilizados, preparados y fecundados “in vitro” con el esperma de la pareja o del banco de esperma. Una vez fecundados los ovocitos, se comprobará cuántos embriones hay.
Estos embriones, inician su desarrollo en los incubadores del laboratorio, llegando un porcentaje de ellos al 5º día de crecimiento.
El ginecólogo comprueba mediante ecografía vaginal el estado del endometrio, la capa que recubre el interior del útero y que será donde se deposite el embrión para su implantación, su aspecto, grosor y vascularización. También se comprueban los niveles hormonales en la sangre de la futura mamá. Estos niveles hormonales, de estrógenos y progesterona, en general, estarán elevados y son producidos por los folículos del ovario que hemos desarrollado con la estimulación: existe evidencia científica contrastada de que unos valores hormonales que sobrepasen unos niveles determinados, pueden ser nocivos y perjudicar la implantación del embrión. Es decir, con la medicación obtenemos muchos ovocitos para fecundar pero se elevan los niveles hormonales que pueden perjudicar la implantación. Es por esta razón por la que se suelen congelar o vitrificar loe embriones generados en el ciclo de tratamiento, se conservan hasta que la mujer tenga la menstruación y bajen sus niveles hormonales.
En un siguiente ciclo, ya no se estimula al ovario con inyecciones sino que se prepara el endometrio durante 7-12 días con parches en la piel o pastillas y se realiza la transferencia embrionaria de 1 embrión que se desvitrifica previamente. Es el proceso conocido como criotransferencia.
En la actualidad gran cantidad de tratamientos de fertilidad, más del 30% del total, se realizan con transferencia de embriones vitrificados, con muy buenos resultados, con tasas de gestación incluso superiores a las gestaciones conseguidas con transferencia de embriones en fresco, (registro de la Sociedad Española de Fertilidad).
Será el embriólogo el que tras observar el desarrollo in vitro de los embriones, se encargará de vitrificar los que cumplan unos criterios de calidad y tengan posibilidades de implantar.